jueves, 28 de febrero de 2008

El cubo de luz



Una interesante aplicación que nos permite simular las distintas formas de iluminar un sujeto. La caja de luz dispone de proyectores en tres niveles: bajo, medio y alto. Situados en tres posiciones: frontal, lateral y trasera y también en las cuatro diagonales. Con lo que podemos iluminar un sujeto desde cualquier posición imaginable. También tiene una opición para iluminar con la luz puntual y una de relleno.

Con esta aplicación que se puede ejecutar directamente desde el navegador, podemos simular cómo queremos que nos quede iluminada una fotografia, y luego colocar los proyectores donde nos diga el simulador. Pare verlo pincha en el enlace. Si la página te ha parecido interesante deja un mensaje.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Para quemar unas cuantas neuronas

Pongo aquí este curioso acertijo.
La leyenda dice que es un acertijo que formulo Einstein cuando era joven, y el cientifico afirmaba que el 98% de la población no sería capaz de resolverlo.
Aunque he tratado de confirmarlo no he encontrado nada al respecto, salvo lo que se encuentra por internet.

A ver si me animo algún día y compruebo si estoy en el grupo del 98% o en el grupo del 2%.

Existen 5 casas de diferentes colores.
En cada una de las casas vive una persona con una diferente nacionalidad.
Los 5 dueños beben una determinada bebida, fuman una determinada marca de cigarrillos y tienen una determinada mascota.
Ningún dueño tiene la misma mascota, fuma la misma marca de cigarrillo o bebe la misma bebida.


La pregunta es: ¿quién tiene el pez?

Claves:

* El británico vive en la casa roja.
* El sueco tiene como mascota un perro.
* El danés toma te.
* La casa verde está a la izquierda de la casa blanca.
* El dueño de la casa verde toma café.
* La persona que fuma Pall Mall tiene un pájaro.
* El dueño de la casa amarilla fuma Dunhill.
* El que vive en la casa del centro toma leche.
* El noruego vive en la primera casa.
* La persona que fuma Blends vive junto a la que tiene un gato.
* La persona que tiene un caballo vive junto a la que fuma Dunhill.
* El que fuma Bluemaster bebe cerveza.
* El alemán fuma Prince.
* El noruego vive junto a la casa azul.
* El que fuma Blends tiene un vecino que toma agua.

viernes, 8 de febrero de 2008

Me enseñaron a pensar

Pensar. ¡Algo, que no nos vendría mal hacer de vez en cuando!.

Sr Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.

Leí la pregunta del examen y decía: "Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro".

El estudiante había respondido: "lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente.

Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle y le rogué que continuara.

En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Si, contestó, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo.

Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precesión. En fin, concluyo, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le pregunte si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR.

jueves, 7 de febrero de 2008

Para ver España al detalle

El SIGPAC es un Sistema de Información Geográfica que depende del ministerio de Agricultura, pesca y alimentación. Con un funcionamiento similar a GoogleEarth su principal ventaja es que nos permite medir distancias, o superficies. Además de permitirnos ver el mapa topográfico, la mezcla de la topografia y una foto real, o la imagen real.

Creo que es un programa que perfectamente puede formar parte de la sección webs interesantes.

Ir a la web de Sigpac

miércoles, 6 de febrero de 2008

Sólo para adultos

Este artículo lo leí un par de días antes de que llegase el día de reyes en el diario Metro. Como me pareció interesante y aquel día ya tenía algo que poner en el blog, lo reservé para ponerlo en otra ocasión.

Aquí os lo dejo. Habla de como los anuncios de juguetes solamente los deberían de ver los adultos.

Espero que os guste.



La Navidad ya se deja sentir en la propaganda televisiva: anuncios de cachivaches ruidosos y muñecas repipis que pasan por juguetes. Se trata de tentar a los más indefensos del mercado, los niños. Son los clientes perfectos de los vendedores gracias a la influencia que ejercen sobre unos padres que pocas veces resistimos las ganas de darles lo que piden machaconamente. Me parece inevitable la publicidad que conlleva el mercado libre, porque para conocer los productos en venta éstos deben ser previamente anunciados, y las empresas tienen derecho a invertir en propaganda el presupuesto que deseen, faltaría más, pero una cosa es eso y otra, hipnotizar a quienes no tienen capacidad para resistirse a ello.

El niño desconoce lo que significa llegar a fin de mes, ignora que hay recibos y domiciliaciones bancarias a las que hacer frente, no sabe lo que es la inflación; para el niño no cuenta más que el deseo repentino, la urgencia de poseer ese juguete que aparece una y otra vez por televisión y que los padres de Pepito ya le han comprado a su dichoso hijo. Pienso que la publicidad debería circunscribirse a los adultos, y que los anuncios de juguetes tendrían que emitirse a partir de las once de la noche, cuando ya no quedan críos despiertos.

A esa hora, los padres elegiríamos los juguetes para regalar en Nochebuena mucho más tranquilos, sin la presión filial. Pero ahora quienes deciden qué comprar son los niños, previamente sugestionados por la atractiva propaganda televisiva. Así que, ese gran invento de la compañía Coca-cola, Papá Noel, nos visita cada año cargado de juguetes que curiosamente no se encuentran en ningún rincón remoto de Laponia, sino en la macrotienda más cercana. Niñas que hacen caca, ositos cursilones que dicen tonterías. Qué espanto. Pero los Reyes Magos no son la alternativa al viejo glotón del trineo. La alternativa es que se prohíba la publicidad destinada a los chiquillos.

Juan Aparicio Belmonte. diario metro